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Misa Vespertina de la Cena Del Señor

Buenas tardes Hermanos. Con esta Misa, la Iglesia comienza el Sagrado Triduo Pascual, y se esfuerza vivamente por renovar aquella última cena, mediante la cual el Señor Jesús, en la noche en que iba a ser entregado, amó hasta el extremo a los suyos que estaban en el mundo, ofreciendo su Cuerpo y su Sangre a Dios Padre, bajo las especies de pan y de vino; se los dio a los Apóstoles para que lo comieran, y a ellos y a sus sucesores en el sacerdocio les mandó que lo ofrecieran. Con esta Celebración se conmemora tanto la institución de la Eucaristía, o sea el memorial de la Pascua del Señor, por la cual el Sacrificio de la Nueva Ley se perpetúa entre nosotros bajos los signos del Sacramento, como también la institución del sacerdocio, con el cual se perpetúan en el mundo la misión y sacrificio de Cristo; asimismo, la caridad con la que el Señor nos amó hasta la muerte. Con este espíritu demos inicio a nuestra celebración cantando:

GRACIAS AL DIOS CREADOR

Gracias al Dios creador
gracias al Dios que es amor
porque hizo nacer el amor humano
para dar vida
para ser luz y camino en su creación.

Alégrense mares y montañas
alégrense el cielo y las estrellas
porque el Señor de la vida
hizo nacer el amor.

Cante la vida en la tierra
cante la creación entera
porque el Señor de la vida
hizo nacer el amor.

Gracias a Dios

Debemos gloriarnos en la Cruz de nuestro Señor Jesucristo: en él está nuestra salvación, nuestra vida y nuestra resurrección; por él hemos sido salvados y redimidos (Gál. 16,14).
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

La gracia y el amor de Jesucristo, que nos llama a la conversión, esté con todos ustedes.

 Rito penitencial:

  • Señor Jesús, presente entre nosotros, hasta el final de los tiempos, en la comunidad de los hermanos que se reúnen en tu nombre, ten piedad de nosotros.

Coro: Señor, ten piedad de nosotros, ten piedad

  • Cristo Jesús, presente en la Palabra de Dios que se nos ofrece en cada celebración, ten piedad de nosotros.

Coro: Cristo, ten piedad de nosotros, ten piedad 

  • Señor Jesús, presente bajo el signo del pan que compartimos entre hermanos, ten piedad de nosotros.

Coro: Señor, ten piedad de nosotros, ten piedad

 Dios, todopoderoso, tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.

 Sacerdote, Excepcionalmente hoy volvemos a cantar “Gloria” a Dios, que en este día nos dejó a su propio Hijo Sacramentado. No lo volveremos a hacer sino hasta la Vigilia Pascual. Con un corazón agradecido, con júbilo, con campanas, alabemos al Señor: ¡Gloria a Dios en el Cielo...! 

(Se tocan las campanas )

Gloria a Dios en el cielo
y en la tierra paz a los hombres
Gloria a ti oh padre omnipotente
Rey celestial

Gloria a ti oh hijo del eterno
Dios redentor
Gloria a ti espiritu divino
que eres amor

Oración Colecta: Dios nuestro, reunidos para celebrar la santísima Cena en la que tu Hijo unigénito, antes de entregarse a la muerte, confió a la Iglesia el nuevo y eterno sacrificio, banquete pascual de su amor, concédenos que, de tan sublime misterio, brote para nosotros la plenitud del amor y de la vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

II          LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura  (Ex. 12,1-8. 11-14).

Lectura del libro del Éxodo

El Señor dijo a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto: Este mes será para ustedes el mes inicial, el primero de los meses del año. Digan a toda la comunidad de Israel:

“El diez de este mes, consíganse cada uno un animal del ganado menor, uno para cada familia. Si la familia es demasiado reducida para consumir un animal entero, se unirá con la del vecino que viva más cerca de su casa. En la elección del animal tengan en cuenta, además del número de comensales, lo que cada uno come habitualmente.

Elijan un animal sin ningún defecto, macho y de un año; podrá ser cordero o cabrito. Deberán guardarlo hasta el catorce de este mes, y a la hora del crepúsculo, lo inmolará toda la asamblea de la comunidad de Israel. Después tomarán un poco de su sangre, y marcarán con ella los dos postes y el dintel de la puerta de las casas donde lo coman. Y esa misma noche comerán la carne asada al fuego, con panes sin levadura y verduras amargas.

Deberán comerlo así: ceñidos con un cinturón, calzados con sandalias y con el bastón en la mano. Y lo comerán rápidamente: es la Pascua del Señor.

Esa noche Yo pasaré por el país de Egipto para exterminar a todos sus primogénitos, tanto hombres como animales, y daré un justo escarmiento a los dioses de Egipto. Yo soy el Señor.

La sangre les servirá de señal para indicar las casas donde ustedes estén. Al verla, Yo pasaré de largo, y así ustedes se librarán del golpe del Exterminador, cuando Yo castigue al país de Egipto.

Éste será para ustedes un día memorable y deberán solemnizarlo con una fiesta en honor del Señor. Lo celebrarán a lo largo de las generaciones como una institución perpetua”.

Palabra de Dios

 

Salmo Responsorial 115, 12-13.15-16bc.17-18.  Coro: ¿Con qué pagaré al Señor todo el bien que me hizo?

 ¿Con qué pagaré al Señor todo el bien que me hizo? Alzaré la copa de la salvación e invocaré el nombre del Señor.

 ¡Qué penosa es para el Señor la muerte de sus amigos! Yo, Señor, soy tu servidor, lo mismo que mi madre: por eso rompiste mis cadenas.

 Te ofreceré un sacrificio de alabanza, e invocaré el nombre del Señor. Cumpliré mis votos al Señor, en presencia de todo su pueblo.

 

Segunda Lectura (1 Cor. 11,23-26)

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto

Hermanos:
Lo que yo recibí del Señor, y a mi vez les he transmitido, es lo siguiente:

El Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó el pan, dio gracias, lo partió y dijo: “Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía”.

De la misma manera, después de cenar, tomó la copa, diciendo: “Esta copa es la Nueva Alianza que se sella con mi Sangre. Siempre que la beban, háganlo en memoria mía”.

Y así, siempre que coman este pan y beban esta copa, proclamarán la muerte del Señor hasta que Él vuelva.

Palabra de Dios

 

Aclamación al Evangelio:

Coro: ¡Gloria y honor a ti, Señor Jesús!  

 

Proclamación del Evangelio. Jn. 13,1-15.

† Lectura del santo Evangelio según san Juan

Era la víspera de la fiesta de la pascua. Jesús sabía que le había llegado la hora de dejar este mundo para ir al Padre. Y él, que había amado a los suyos, que estaban en el mundo, llevó su amor hasta el final.

Estaban cenando y ya el diablo había convencido a Judas Iscariote, hijo de Simón, para que entregara a Jesús. Entonces Jesús, sabiendo que el Padre le había entregado todo, y que de Dios había venido y a Dios regresaba, se levantó de la mesa, se quitó el manto, tomó una toalla y se la colocó en la cintura.

Después echó agua en una palangana y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura.

Cuando llegó a Simón Pedro, éste se resistió:

"Señor, ¿cómo vas a lavarme tú a mí los pies?"

Jesús le contestó:

"Lo que estoy haciendo, tú no lo puedes comprender ahora; lo comprenderás después".

Pedro insistió:

"Jamás permitiré que me laves los pies".

Entonces Jesús le contestó:

"Si no te lavo los pies, no tendrás nada que ver conmigo".

Simón Pedro reaccionó diciendo:

"Señor, no sólo los pies; lávame también las manos y la cabeza".

Pero Jesús le dijo:

"El que se ha bañado sólo necesita lavarse los pies, porque está completamente limpio; y ustedes están limpios, aunque no todos".

Sabía muy bien Jesús quién lo iba a entregar; por eso dijo: "No todos están limpios".

Después de lavarles los pies, se puso de nuevo el manto, volvió a sentarse a la mesa y dijo:

"¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y tienen razón, porque efectivamente lo soy. Pues bien, si yo, que soy el Maestro y el Señor, les he lavado los pies, también ustedes deben hacer lo mismo unos con otros. Les he dado ejemplo, para que hagan lo mismo que yo he hecho con ustedes".

Palabra del Señor.

  HOMILÍA.

LAVADO DE PIES:
Algunos de nuestros hermanos, representantes de nuestra comunidad, ocupan hoy el lugar de los apóstoles. El Sacerdote, fiel al mandamiento de humildad y servicio, repite el gesto de Jesús, lavando los pies de quienes serían sus testigos por el mundo. Este rito nos invita a practicar el mandamiento de la caridad fraterna. Lavar los pies al otro es hacerse servidor de todos con amor, con misericordia. Sólo mediante este amor fraterno tiene sentido el comer luego el pan eucarístico en la mesa del Padre.

TAL COMO ERES

Tú, Señor, me lavarás los pies
comerás cerca de mí,
yo no puedo dejarte,
no soy digno de ti.

No puedo amarte así,
no puedo amarte
con mi pobreza,
no puedo amarte así,
no puedo amarte así.

 Si no dejas que te lave
no podemos compartir,
ven, acerca tus manos,
abre tu corazón.

Tal como eres, ven
tal como eres,
atrévete a amarme,
tal como eres, ven
tal como eres, ámame (bis)

III      ORACIÓN UNIVERSAL Y OFERTORIO

Hermanos. Oremos a Dios Padre, que en Jesucristo, su hijo, nos ha amado hasta el extremo.

Oración Universal:

 Para que en estos tiempos difíciles, y renovados por las vivencias de esta Semana Santa, nuestro Señor ilumine a la Iglesia para que no nos cansemos de ceñirnos la cintura y arrodillarnos para lavar los pies, como signo de misericordia y servicio para todos los hombres.

Roguemos al Señor

 Para que el Señor suscite la generosidad de muchos jóvenes que deseen entregar su vida a los demás en el ministerio sacerdotal y por todos los sacerdotes que hoy han renovado su ministerio.

Roguemos al Señor.

 Por los gobernantes de nuestra Patria y del mundo entero, y por todos aquellos que tienen poder, para que en sus decisiones promuevan la unidad y el verdadero bienestar de todos sus habitantes.

Roguemos al Señor.

 Para que el Señor, con el ejemplo en su Pasión, ilumine a nuestra comunidad de San Alberto Hurtado y su entorno; nos de valentía, y podamos mostrar unidad y espíritu de servicio con el hermano necesitado.

Roguemos al Señor

 

Celebrante:

Atiende, Padre Misericordioso, nuestras súplicas y haz que imitemos con generosidad el amor de Cristo, que se entregó por nosotros hasta la muerte. Te lo pedimos, animados por el Santo Espíritu, por Jesucristo, nuestro Señor.

La campaña de Cuaresma de Fraternidad procura incentivar una vivencia mas profunda del tiempo de Cuaresma, con más oración, más renuncia y más práctica de la caridad. Hoy finaliza esta campaña que va en ayuda de los más necesitados, por lo que solicitamos a ustedes ser especialmente generosos en esta colecta.

OFERTORIO:

 BENDITO

 Por este pan que hoy te presentamos,
¡bendito seas Señor!,
es fruto de la tierra y del trabajo
que el hombre ha recibido por tu amor.


Este pan de vida será para nosotros
tu Cuerpo Señor, tu Cuerpo Señor.
Por este vino que hoy te presentamos,
¡bendito seas Señor!,
es fruto de la vid y del trabajo
que el hombre en esta tarde te entregó.

Es el vino del campo será para nosotros
tu sangre Señor, tu sangre Señor.

 

SANTO: Santo de gloria y poder

Santo, Santo, Santo, Señor de gloria y poder;
el cielo y la tierra están llenos de Ti.

Hosanna, hosanna, hosanna a nuestro Rey.
Bendito aquel que viene en el nombre de Dios.

Hosanna, hosanna, hosanna a nuestro Rey.

 

CORDERO

Cordero de Dios,
Tú, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.

Cordero de Dios,
Tú, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.

Cordero de Dios,
tú, que quitas el pecado del mundo,
danos la paz, danos la paz.

COMUNIÓN: Un mandamiento nuevo

Un mandamiento
nuevo nos da el Señor:
//que nos amemos todos
como  el nos amó//

La señal de los cristianos
es amarnos como hermanos.

 Quien a sus hermanos no ama,
miente si a Dios dice que ama.

Cristo, Luz, Verdad y Vida,
al perdón y amor invita.

 Perdonemos al hermano
como Cristo ha perdonado.

 En trabajos y fatigas
Cristo a todos nos anima.

 Comulguemos con frecuencia
para amarnos a conciencia.

 Nuestra fe no desfallezca,
que el Señor es nuestra fuerza.

 Quiten odios y rencores
de todos los corazones.

 Si al enfermo visitamos
a Dios mismo consolamos.

 En la vida y en la muerte
Dios nos ama para siempre.

Oración post Comunión

Celebrante: 
Dios todopoderoso, te pedimos que, así como somos alimentados en esta vida con la Cena pascual de tu Hijo, también merezcamos ser saciados en el banquete eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 IV     PROCESIÓN CON EL SANTÍSIMO SACRAMENTO

Esta noche el Sacerdote no nos despide, sino que nos invita a prolongar nuestra presencia cerca de Cristo. Según el ejemplo de los apóstoles, roguemos al Señor que nos permita compartir no solamente su Cena, sino también su Cruz y su Resurrección.

Invitamos a las personas que quieran acompañarlo en cualquier momento, desde ahora y hasta las 24:00 horas, a la adoración nocturna del Santísimo Sacramento que realizaremos por los próximos 15 minutos en este lugar y luego en la sala San Benito de nuestra Parroquia. Acompañemos con nuestra oración y adoración agradecida al Señor en esta hora Santa

Canto de Procesión con el Santísimo Sacramento

Alabe todo el mundo, 
alabe al Señor.

Alabe todo el mundo,
alabe a nuestro Dios