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Novena a la Virgen del Carmen

Preparémonos a vivir su fiesta

Desde el 7 al 15 de julio, te invitamos a vivir 9 días junto a María, rezando en tu hogar la novena a la Virgen del Carmen, Patrona y Reina de Chile.

De esta manera disponemos el alma y el corazón para vivir plenamente esta importante solemnidad que celebramos cada 16 de julio.

Encuentra AQUÍ una meditación para cada día de la Novena, y te invitamos a rezar todos los días la siguiente oración:

Oración a la Santísima Virgen del Carmen
(Monseñor Ramón Ángel Jara)

¡Oh Virgen Santísima del Carmen!
llenos de la más tierna confianza,
como hijos que acuden al corazón de su Madre,
nosotros venimos a implorar una vez más
los tesoros de misericordia que con tanta solicitud
nos habéis siempre dispensado.

Reconocemos humildemente
que uno de los mayores beneficios
que Dios ha concedido a nuestra Patria
ha sido señalaros a Vos
por nuestra especial Abogada, Protectora y Reina.

Por eso a Vos clamamos
en todos nuestros peligros y necesidades
seguros de ser benignamente escuchados.

Vos sois la Madre de la Divina Gracia,
conservad puras nuestras almas;
sois la torre poderosa de David,
defended el honor y la libertad de nuestra Nación;
sois el refugio de los pecadores,
tronchad las cadenas de los esclavos
del error y del vicio;
sois el consuelo de los afligidos,
socorred a las viudas, a los huérfanos y desvalidos;
sois el auxilio de los cristianos,
conservad nuestra fe y proteged a nuestra Iglesia,
en especial a sus obispos, sacerdotes y religiosos.

Desde el trono de vuestra gloria atended a
nuestras súplicas;
¡Oh Madre del Carmelo!
abrid vuestro manto y cubrid con él a esta
República de Chile,
de cuya bandera Vos sois la estrella luminosa.

Os pedimos el acierto para los magistrados,
legisladores y jueces;
paz y piedad para los matrimonios y familias;
el santo temor de Dios para los maestros;
la inocencia para los niños;
y para la juventud, una cristiana educación.

Apartad de nuestras ciudades
los terremotos, incendios y epidemias;
alejad de nuestros mares las tormentas,
y dad la abundancia a nuestros campos y montañas.
Sed Vos el escudo de nuestros guerreros,
el faro de nuestros marinos
y el amparo de los ausentes y viajeros.

Sed el remedio de los enfermos,
la fortaleza de las almas atribuladas,
la protectora especial de los moribundos
y la redentora de las almas del Purgatorio.

¡Oídnos, pues, Reina y Madre Clementísima!
y haced que viviendo unidos en la vida
por la confesión de una misma fe
y la práctica de un mismo amor al
Corazón Divino de Jesús,
podamos ser trasladados de esta patria terrenal
a la patria inmortal del cielo,
en que os alabaremos y bendeciremos
por los siglos de los siglos. Amén.

¡Virgen del Carmen, Reina de Chile, salva a tu pueblo que clama a Ti!

Fuente: Cofradía Nacional del Carmen