Novena a San Alberto Hurtado
Te invitamos a rezar 9 días antes del Día de nuestro Santo Patrono, le pedimos su intercesión por Chile, la Comunidad, nuestras familias y cada uno
Novena de San Alberto Hurtado que se reza desde el 9 al 17 de agosto.
Desarrollo de la Novena:
Canto inicial Himno oficial del Padre Hurtado
La señal de la Cruz
Oración Inicial
- TIEMPO DE ESCUCHA
1.1. Jesús nos dice
1.2. El Padre Hurtado nos dice
1.3. Breve canto responsorial - TIEMPO DE REFLEXIÓN
2.1. Preguntas para la reflexión
2.2. Consideraciones (meditación)
2.3. Canto de meditación - TIEMPO DE ORACIÓN
3.1. Oración personal y/o comunitaria Padre Nuestro
3.2. Formulación de un propósito
3.3. Oración al Padre Hurtado
3.4. Bendición Final
Canto final: Himno Mariano
HIMNO CANONIZACIÓN PADRE HURTADO
“Canción para un santo amigo”
Padre Hurtado estás conmigo
Me abres la puerta de tu hogar
Siento que tengo un santo amigo
Un Santo que conmigo
Se sienta a conversar
Padre Hurtado tú me pides
Que hasta que duela debo dar
Que nunca puedo conformarme
Pues cuando sufre alguien
Es Cristo que allí está
Coro:
Contento Señor Contento, es un regalo de Dios
Un santo que hace el milagro
De hacer el mundo mejor.
Lo veo en Valparaíso,
Lo esperan en Puerto Montt
Por todas partes buscando
Que a nadie le falte Dios.
“Obrero entre los obreros”
“Minero en el Mineral”
Compañero en el trabajo,
Amigo en la soledad.
Contento señor contento,
Contento me siento yo
El santo de los chilenos
Hoy llena el mundo de amor
(Música)
Padre Hurtado eres conciencia
Conciencia de la humanidad
Sueñas con un país de hermanos
Poniendo en nuestras manos
El pan de la unidad.
Padre hoy tienes tantos hijos
Todos te quieren saludar
Gracias por mostrarme a Cristo
Por las obras que yo he visto
Hoy tomo mi lugar
Coro:
Contento señor contento, es un regalo de Dios
Un santo que hace el milagro
De hacer el mundo mejor
Lo veo en Valparaíso,
Lo esperan en Puerto Montt
Por todas partes buscando
Que a nadie le falte Dios
Contento señor contento,
Contento me siento yo
El santo de los chilenos
Hoy llena el mundo de amor.
ORACIÓN INICIAL
Señor Dios y Padre Nuestro,
Te damos gracias por reunirnos
En un momento de oración:
Tú nos enviaste al Padre Alberto Hurtado
Quien siempre procuró hacer
Lo que haría Cristo en su lugar,
Y fue capaz de reconocer su presencia
Real en la persona de su prójimo,
Especialmente en los más necesitados.
Te pedimos encarecidamente que,
Para perpetuar su memoria,
Tu Santo Espíritu nos conceda
Imitar sus ejemplos,
Y nos enseñe a acoger
Y servir a Jesucristo
En la persona de los más pobres
Y desamparados.
Te lo pedimos por el mismo Cristo,
Nuestro Señor.
Amén.
Día 5.- 13 de agosto
REFUGIO DE LOS MÁS DESAMPARADOS
Canto inicial Himno oficial del Padre Hurtado
La señal de la Cruz
Oración Inicial
1.- Tiempo de escucha
1.1. Jesús nos dice:
“Juan Bautista nos ha enviado a decirte: ¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro? En aquel momento curó a muchos enfermos de sus enfermedades y dolencias y de malos espíritus, y dio vista a muchos ciegos. Y les respondió: “Vayan a decir a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, la Buena Nueva se anuncia a los pobres. ¡Y dichoso aquél que no se escandalice de mí!”
(Lc 7, 18-23)
¡Esta es palabra del Señor!
1.2. El Padre Hurtado nos dice:
“Desamparar al menor de los hermanos es desamparar a Cristo mismo”.
“Bajo los mesones de las pérgolas que venden flores, en medio de las hojas secas, allí tienen que acurrucarse tantos pobres en los cuales vive Jesús”.
“¡Cristo no tiene hogar! ¿No queremos dárselo nosotros que tenemos la dicha de tener un hogar confortable? Nosotros que tenemos comida abundante, medios para educar y asegurar el porvenir de nuestros hijos”.
1.3. Breve canto responsorial: “Oh Maestro, que no me empeñe tanto, en ser consolado como en consolar, en ser comprendido como en comprender, en ser amado como en amar…”
2.- Tiempo de reflexión
2.1. Preguntas para la reflexión
¿De qué manera (s) amparó el Padre Hurtado a los desamparados de su tiempo?
¿Quiénes son en nuestro medio los más desamparados?
¿Qué haría Cristo en mi (nuestro) lugar para dar una mano a los más desamparados?
2.2. Consideraciones (meditación)
La expresión, “La Iglesia, voz de los sin voz”, se hizo conocida y repetida en los tiempos del Cardenal Silva Henríquez.
Cuando el silencio para algunos era un valor, la Iglesia prefirió la valentía de hablar a favor de los sufrientes. Esta Iglesia es heredera de una tradición que la honra: defender a los indígenas en los primeros tiempos, estar al lado de los campesinos, socorrer a los huérfanos, ayudar a los ancianos, proteger a los perseguidos, organizar a los marginados asistir a los obreros silenciados y gritar fuertemente por los niños acallados antes de nacer.
Nos sentimos herederos del Padre Hurtado para hablar y para actuar. Y para tener los ojos siempre abiertos a los problemas de cada tiempo.
Elsa Maffei, estrecha colaboradora suya en el Hogar de Cristo, cuenta lo siguiente: Estando yo presente, en una Misa celebrada en la Hospedería del Hogar de Cristo, con la asistencia de los hospedados, en la homilía se dirigió a ellos: “Yo les ruego que me perdonen por no recibirlos como Uds. se merecen, que no tengan todas las comodidades, que las sábanas no puedan estar muy limpias, pero yo les aseguro que haré todo lo posible para que esto se haga, y les pido, por favor, que me digan que me perdonan”
(Padre Miguel Ortega)
2.3. Canto de meditación: “La misericordia del Señor, cada día cantaré”+
3.- Tiempo de oración
3.1. Oración litánica
El Padre Hurtado nos enseña a amar en todo momento.
(Si estamos solos, podemos orar un momento en silencio. Si estamos en comunidad, podemos hacer una oración litánica).
Con las personas que carecen de techo y hogar,
– Se nuestro amparo y fortaleza, Señor;
Con los desplazados y los migrantes forzados,
– Se nuestro amparo y fortaleza, Señor;
Con los que carecen de oportunidades de estudio y de trabajo,
– Se nuestro amparo y fortaleza, Señor;
Con los enfermos y abandonados y los enfermos terminales,
– Se nuestro amparo y fortaleza, Señor;
Con los adultos mayores que carecen de lo necesario para vivir,
– Se nuestro amparo y fortaleza, Señor;
Con el flagelo de la drogadicción, del tráfico de armas y del terrorismo,
– Se nuestro amparo y fortaleza, Señor.
Concluyamos este momento de oración diciendo Padre Nuestro….
3.2. Formulación de un propósito
En silencio se pide la gracia que se desee alcanzar. Y en silencio (o en voz alta) se formula algún propósito que me permita (o nos permita) poner en práctica lo que hemos aprendido.
3.3. Oración del Padre Hurtado
3.4. Bendición final
Canto final: “Bajo tu amparo”, cantado o recitado:
Bajo tu amparo nos acogemos Santa Madre de Dios, no desoigas la oración de tus hijos necesitados, líbranos de todo peligro, oh siempre Virgen, gloriosa y bendita.
Día 6.- 14 de agosto
PROFETA DE LA JUSTICIA
Canto inicial Himno oficial del Padre Hurtado
La señal de la Cruz
Oración Inicial
1.- Tiempo de escucha
1.1. Jesús nos dice:
“Bienaventurados los que tiene hambre y sed de justicia,
porque ellos serán saciados;
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia,
Porque de ellos es el Reino de los Cielos;
Bienaventurados serán cuando los injurien y persigan y por mi causa
Digan con mentira toda clase de mal contra ustedes.
Alégrense regocíjense, porque la recompensa de ustedes será grande en los Cielos,
Pues de la misma manera persiguieron a los profetas que hubo antes que ustedes”.
¡Esta es palabra del Señor!
1.2. Y a todos nosotros hoy nos dice El Padre Hurtado:
“Que se acaben en la familia cristiana los odios, prejuicios y luchas, y que suceda un inmenso amor fundado en la gran virtud de la justicia: de la justicia en seguid, luego aún de la justicia, y superadas las asperezas del derecho, por una inmensa efusión de caridad.
La justicia es una virtud difícil, muy difícil, cuya práctica exige una gran dosis de rectitud y de humildad.
Aunque parezca paradójico es más fácil ser benévolo que justo. Pero benevolencia sin justicia no salvará el abismo entre el patrón y el obrero, entre el profesor y el alumno, entre marido y mujer.”
1.3. Breve canto responsorial: Tengo que gritar, tengo que arriesgar; ay de mí si no lo hago…
2.- Tiempo de reflexión
2.1. Preguntas para la reflexión
¿Cómo recibimos la palabra del Padre Hurtado sobre la justicia?
¿Qué situaciones de injusticia conocemos actualmente?
¿Qué puedo hacer / podemos hacer para ayudar a superarlas?
2.2. Consideraciones (meditación)
El Padre Hurtado deja bien en claro la primacía de la caridad como auténtico talante cristiano, es decir, como el distintivo de aquellas personas que optan por seguir a Jesús el Cristo en la historia, sea personal como social. Por consiguiente, la ética cristiana se resume en la práctica de la caridad, que se torna en un clamor a favor de la justicia frente a las situaciones sociales que no respetan los derechos de todos y cada uno de los ciudadanos. “La caridad ha de ser también humana, si quiere ser divina” (…)
“La caridad brota del amor de Dios y se extiende a los demás como coherencia y consecuencia. Lo divino y lo humano se cruzan. Un amor auténtico, un cariño sincero hacia la otra persona, implica necesariamente la búsqueda de la justicia como respeto por el derecho del otro, cuando su dignidad es atropellada, cuando no es tratada como un hijo o una hija de Dios. Así, la caridad y la justicia se complementan mutuamente, porque la justicia no es ni más ni menos, que la historicidad de la caridad”.
(P. Tony Mifsud s.j.)
2.3. Canto de meditación: Tu Reino es vida, Tu Reino es verdad
Tu Reino es justicia, Tu Reino es paz,
Tu Reino es gracia, Tu Reino es amor.
Venga a nosotros Tu Reino, Señor!
3.- Tiempo de oración
3.1. Oración litánica
El Padre Hurtado nos enseña a amar y practicar la justicia.
(Si estamos solos, podemos orar un momento en silencio. Si estamos en comunidad, podemos hacer una oración litánica).
Busca antes que nada el Reino de dios y su justicia,
– Señor yo creo, aumenta mi fe;
No hagas a nadie lo que no quieres que hagan contigo,
– Señor yo creo, aumenta mi fe;
Da a cada cual lo que en justicia corresponda,
– Señor yo creo, aumenta mi fe;
La limosna comienza donde termina la justicia,
– Señor yo creo, aumenta mi fe;
Si tu justicia no supera la de los escribas,
No entrarás en el reino de los cielos,
– Señor yo creo, aumenta mi fe.
Concluyamos este momento diciendo Padre Nuestro….
3.2. Formulación de un propósito
En silencio se pide la gracia que se desee alcanzar. Y en silencio (o en voz alta) se formula algún propósito que me permita (o nos permita) poner en práctica lo que hemos aprendido.
3.3. Oración del Padre Hurtado
3.4. Bendición final
Canto final: El Magnificat,
Yo canto al Señor
Porque es grande.
Día 7.- 15 de agosto
PADRE PARA CHILE
Canto inicial Himno oficial del Padre Hurtado
La señal de la Cruz
Oración Inicial
1.- Tiempo de escucha
1.1. Jesús nos dice:
“No se turbe vuestro corazón.
Ustedes creen en Dios; crean también en mí.
En la Casa de mi Padre hay muchas habitaciones. De no ser así, ya se los habría dicho, porque ahora voy a prepararles un lugar. Y cuando hay ido y los haya preparado, volveré a tomarlos conmigo para que donde yo esté, estén también ustedes.”
Les dice Felipe: “Señor, muéstranos al padre y eso nos basta”.
Le dice Jesús: “¿Tanto tiempo hace que estoy con ustedes y aún no me conoces, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre”
(Jn 141-4.8.9).
¡Esta es palabra del Señor!
1.2. Y a todos nos dice el Padre Hurtado:
“Un padre no enseña a su hijo tanto por lo que sabe cuánto por lo que es. No educa por lo que dice, sino por lo que hace. No educa por los libros que tiene, sino por la vida que tiene. No educa por los consejos que da, sino por los ejemplos de su vida cotidiana.”
“La palabra “Padre”, respecto a Dios no es alegoría. Es una realidad muy superior a la paternidad humana. ¿Lo hemos pensado? ¿Agotamos esta idea? Descansamos en el pecho de nuestro Padre Dios, como un hijo que sabe que su Padre lo ama, lo quiere apoyar, consolar, hace feliz. Dulcemente repitamos esta palabra: ¡Padre nuestro! Sintámonos hijos de Dios.”
Y al saber de su enfermedad, dice:
“¡Cómo no voy a estar contento!
¡Cómo no estar agradecido con Dios! En lugar de una muerte violenta me manda una larga enfermedad para que pueda prepararme. No me da dolores: me da el gusto de ver a tantos amigos, de verlos a todos. Verdaderamente, Dios ha sido para mí un Padre cariñoso, el mejor de los padres”.
1.3. Breve canto responsarial: “Padre, únenos; Padre, únenos; que el mundo crea en tu amor. Padre, únenos.”
2.- Tiempo de reflexión
2.1. Preguntas para la reflexión
¿De qué manera el Padre Hurtado ha sido un padre para Chile?
¿Qué rasgos maternos de Dios descubro en el Padre Hurtado?
¿Qué rasgos de la paternidad de Dios me siento llamado a vivir?
2.2. Consideraciones (meditación)
“No hay quizá mayor deseo en el ser humano que el de ser padre o de ser madre. Toda persona recibe esta misión, aunque de diversa manera. La mayo ría engendra a sus hijos en el matrimonio y tiene la dicha de formar una familia. Esa es la paternidad por excelencia. Hay muchos que, impedidos para tener hijos, toman la decisión generosa de la adopción, y los aman como a hijos de su propia carne. Hay incluso una paternidad muy especial que se siente cuando se concibe – o se da a luz- una idea, un proyecto, una creación artística, científica o espiritual….
Los sacerdotes, en cambio, tenemos una paternidad diferente: es la paternidad espiritual que nos vincula en profundidad a las personas y nos dispone a gestar un pueblo para Dios.
La figura y el ministerio del Padre Hurtado es la mejor imagen de lo que trato de decir: él ayudó a engendrar vocaciones para el sacerdocio, el matrimonio, la política, el servicio social. De ahí que muchos se sienten hijos e hijas del Padre Hurtado: de su persona y de su legado. El engendró obras de amor y de servicio que lo proyectan en el tiempo como el Hogar de Cristo y la Revista Mensaje, por sólo nombrar las más conocidas.
Él se jugó virilmente, contra viento y marea, para que Chile fuese responsable de su vocación, de su misión. Y todo esto lo hizo por amor al Señor y por amor entrañable hacia el pueblo que le tocó servir”.
(P. Cristián Precht)
Canto de meditación: Padre amerindio.
3.- Tiempo de oración
3.1. Oración litánica
El Padre Hurtado nos ha enseñado a amar la paternidad de Dios.
(Si estamos solos, podemos orar un momento en silencio. Si estamos en comunidad, podemos hacer una oración litánica).
Padre, Tú nos has amado desde antes de la creación,
– Bendito seas, por siempre, Señor;
Padre, Tú nos has creado con inmenso amor,
– Bendito seas, por siempre, Señor;
Padre, nuestro corazón está inquieto mientras no descansa en Ti,
– Bendito seas, por siempre, Señor;
Padre, hemos conocido tu rostro contemplando a Jesús,
– Bendito seas, por siempre, Señor;
Padre, hemos experimentado tu misericordia en el amor de Jesús,
– Bendito seas, por siempre, Señor.
Concluyamos este momento de oración diciendo Padre Nuestro….
3.2. Formulación de un propósito
En silencio se pide la gracia que se desee alcanzar. Y en silencio (o en voz alta) se formula algún propósito que me permita (o nos permita) poner en práctica lo que hemos aprendido.
3.3. Oración del Padre Hurtado
3.4. Bendición final
Canto final: María, tú eres mi madre
Día 8.- 16 de agosto
VIII. VARÓN EUCARÍSTICO
Canto inicial Himno oficial del Padre Hurtado
La señal de la Cruz
Oración Inicial
1.- Tiempo de escucha
1.1. Jesús nos dice:
“Cuando llegó la hora, se puso a la Mesa con los apóstoles y les dijo: ardientemente he deseado comer esta Pascua con ustedes antes de padecer…
Tomó luego el pan, dio gracias, lo partió y se lo dio diciendo; este es mi cuerpo que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía. De igual modo, después de cenar, tomó la copa, diciendo: esta copa es la nueva Alianza en mi sangre, que se derrama por ustedes”.
(Lc 22 14. 19-20)
¡Esta es palabra del Señor!
1.2. Y a todos nosotros hoy nos dice el Padre Hurtado:
“El Cristo eucarístico se identifica con el cristo de la historia y el de la eternidad. No hay dos Cristos sino uno solo. Nosotros poseemos en la Hostia al cristo del sermón de la montaña, al Cristo de la Magdalena, al que descansa junto al pozo de Jacob con la samaritana, al Cristo del Tabol y del Getsemaní, al Cristo resucitado de entre los muertos y sentado a la diestra del Padre. No es un Cristo el que posee la Iglesia en la tierra y otro el que contemplan los bienaventurados en el cielo: ¡Una sola Iglesia, un solo Cristo!”
“Esta maravillosa presencia de Cristo entre nosotros debería revolucionar nuestras vidas. No tenemos nada que envidiar a los apóstoles y a los discípulos de Jesús que andaban con él en Judea y en Galilea. Todavía está aquí con nosotros. En cada ciudad, en cada pueblo, en cada uno de nuestros templos: nos visita en nuestras casas, lo lleva el sacerdote sobre su pecho, lo recibimos cada vez que nos acercamos al sacramento del Altar”
“¡Qué horizontales se abren aquí a la vida cristiana! La Misa centro de todo el día y de toda la vida. Con la mira puesta en el sacrificio eucarístico, ir siempre atesorando sacrificios que consumar y ofrecer en la Misa!”
“¡Mi Misa es mi vida, y mi vida es una Misa prolongada!”.
1.3. Breve canto responsorial:
“Es mi Cuerpo que doy a comer,
Es mi Sangre que doy a beber,
Porque soy la Vida, y soy el Amor,
Oh Señor, condúcenos en tu amor”.
2.- Tiempo de reflexión
2.1 Preguntas para la reflexión
¿Qué piensas del amor con que el Padre Hurtado habla de la Eucaristía?
¿Cuál es tu historia de amor con la Eucaristía?
¿Cómo puedes renovar hoy día tu amor por la Eucaristía y prolongarla en tu vida?
2.2. Consideraciones (meditación)
Todos están de acuerdo en afirmar que la obra del Padre Hurtado sería inexplicable si no tuviera un fundamento oculto que la sostiene. Su vida de entrega generosa, sin medida, no puede carecer de cimientos profundos. Y las profundizaciones, normalmente, permanecen ocultas.
“Al descender hasta los cimientos de la vida del Padre Alberto Hurtado, aparece al Eucaristía. Múltiples testimonios de quienes lo conocieron de cerca, concuerdan en lo mismo. Muchos recuerdan con emoción el modo cómo celebraba la Eucaristía, muy de mañana, en la Iglesia de San Ignacio.
Uno de los más elocuentes testimonios nos llegó de otro sacerdote ejemplar, que luego fue obispo y cuya causa de beatificación está en curso, de Monseñor Francisco Valdés. “Recuerdo haber oído comentar a uno de nuestros padres misioneros – un padre capuchino europeo- que le había observado celebrar la Misa, y le había llamado tan poderosamente la atención, que decía no haber visto nunca una celebración tan edificante, y que al ser así los sacerdotes chilenos, deberían ser todos santos… Su fuego era capaz de encender otros fuegos”.
Estos hermosos testimonios nos invitan a entrar en el santuario de su unión con Dios en la Eucaristía, y a preguntarnos ¿Cómo vivía y comprendía el Padre Hurtado la Eucaristía? ¿Cómo armonizaba su vida de entrega tan generosa, en un trabajo arduo y dinámico, con el contacto diario, amistoso, recogido y prolongado con el Señor”.
(Cardenal Errázuriz)
2.3. Canto de meditación: Yo soy el Pan de Vida….
3.-Tiempo de oración
3.1. Oración litánica
El Padre Hurtado nos enseña a amar la Eucaristía.
(Si estamos solos, podemos orar un momento en silencio. Si estamos en comunidad, podemos hacer una oración litánica).
Mi Padre es quien les da verdadero Pan del cielo,
– Tú eres, Señor, el Pan de Vida;
Quien come de este Pan vivirá eternamente,
– Tú eres, Señor, el Pan de Vida;
Aquel que venga a mí no padecerá más hambre,
– Tú eres, Señor, el Pan de Vida;
Mi carne es un manjar y mi sangre una bebida,
– Tú eres, Señor, el Pan de Vida;
Quien come de mi carne mora en mí y yo en él,
– Tú eres, Señor, el Pan de Vida;
Beban todos de él que es el Cáliz de mi Sangre,
– Tú eres, Señor, el Pan de Vida;
Quien bebe de mi Sangre tiene ya la vida eterna,
– Tú eres, Señor, el Pan de Vida.
Concluyamos este momento de oración diciendo Padre Nuestro…
3.2. Formulación de un propósito
En silencio se pide la gracia que se desee alcanzar. Y en silencio (o en voz alta) se formula algún propósito que me permita (o nos permita) poner en práctica lo que hemos aprendido.
3.3. Oración del Padre Hurtado
3.4. Bendición final
Canto final: Ven con nosotros a caminar…
Día 9.- 17 de agosto
HIJO DE MARÍA Y DE LA IGLESIA
Canto inicial Himno oficial del Padre Hurtado
La señal de la Cruz
Oración Inicial
1.- Tiempo de escucha
1.1. Jesús nos dice:
“Jesús, viendo a su madre, y junto a Ella el discípulo a quien amaba, dice a su madre: “Mujer, he ahí a tu hijo”. Luego dice al discípulo: “Ahí tienes a tu madre”. Y desde aquella hora, el discípulo la acogió en su casa”.
(Jn 19, 26-27)
¡Esta es Palabra del Señor!
1.2. Y a todos nosotros hoy nos dice el Padre Hurtado:
“La madre es la necesidad más primordial y absoluta del alma, y cuando la hemos perdido o sabemos que la vamos a perder, necesitamos algo del cielo que nos envuelva con su ternura”.
“María es la Madre de Cristo, pero Madre de Cristo completo, Madre de Cristo Dios, de Cristo hombre y Madre también del cristo místico. Porque es tan íntima… nuestra unión… con Jesucristo, nuestra cabeza, que no es posible que María sea madre de Jesús, la cabeza, sin que a su vez lo sea de nosotros, que somos los miembros de este cuerpo místico”.
“Lo más grande que tiene el mundo, es la Santa Iglesia, Católica, Apostólica, Romana, Nuestra Madre, como nos gloriamos de llamarla. ¿Qué sería del mundo sin ella? Porque es Nuestra Madre, tenemos también frente a ella una responsabilidad filial: ella está a cargo de sus hijos, confiada a su responsabilidad, dependiente de sus cuidados…Ella será lo que queramos que sea”.
“Yo quiero una Iglesia que sea al mismo tiempo obra divina y obra humana. La riqueza divina que da su limosna a la pobreza humana, y la riqueza humana que da su limosna a la pobreza divina. Dos riquezas y dos pobrezas que se complementan.”.
1.3. Breve canto responsorial: Dios te salve, María (cantado o rezado)
2.- Tiempo de reflexión
2.1. Preguntas para la reflexión
¿Qué nos enseña el Padre Hurtado con su amor por María?
¿Qué nos enseña el Padre Hurtado por su amor por la Iglesia?
¿Cuál es tu historia de amor con María, con la Iglesia?
2.2. Consideraciones (meditación)
Esta vez haremos meditación con una hermosa oración del Padre Hurtado en que inspira la letra del canto “María mírame”…
“¡Madre mía querida y muy querida!
Ahora que ves en tus brazos a este Niño bellísimo y dulcísimo, no te olvides de este esclavito indigno.
Aunque sea por compasión, mírame.
Ya sé que te cuesta apartar los ojos de Jesusito para ponerlos en mis miserias.
Pero, Madre, si tú no me miras, ¿cómo se disiparán mis penas?
Si tú no vuelves, hacía mi rincón, ¿Quién se acordará de mí?
Si tú no me miras, Jesús que tiene su ojitos clavados en los tuyos, no me mirará.
Si tú me miras, El seguirá tu mirada y me verá.
Y entonces, con que le digas: “¡Pobrecito! Necesita nuestra ayuda”
Jesús me atraerá a sí y me bendecirá y lo amaré,
Y me dará fuerza y alegría,
Y confianza y desprendimiento,
Y me llenará de su amor y de tu amor,
Y trabajaré mucho por Él y por Ti, y haré que todos os amen
Y amándote se salvarán”.
(Padre Alberto Hurtado s.j.)
3.- Tiempo de oración
3.1. Oración litánica
El Padre Hurtado nos enseña a amar la Iglesia y dar la vida por ella:
(Si estamos solos, podemos orar un momento en silencio. Si estamos en comunidad, podemos hacer una oración litánica)
La iglesia es el Cuerpo Místico de Cristo,
La Iglesia es el Pueblo de Dios,
– Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo;
La Iglesia es misterio de fe comunión y misión,
– Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo;
La Iglesia es la familia de los discípulos del Señor,
– Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo.
La iglesia es casa y escuela de la comunión,
– Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo;
La Iglesia es signo e instrumento de comunión con Dios y con los hombres,
– Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo.
Concluyamos este momento de oración diciendo Padre Nuestro…
3.2. Formulación de un propósito
En silencio se pide la gracia que se desee alcanzar. Y en silencio (o en voz alta) se formula algún propósito que me permita (o nos permita) poner en práctica lo que hemos aprendido.
3.3. Oración al Padre Hurtado
3.4. Bendición Final
Canto final: Iglesia Peregrina de Dios.
San Alberto Hurtado, ruega por nosotros