|
Quédate en nuestras familias, ilumínalas en sus dudas, sostenlas en sus dificultades, consuélalas en sus sufrimientos y en la fatiga de cada día.
Tú que eres la Vida, quédate en nuestros hogares, para que sigan siendo nidos donde nazca la vida abundante y generosamente donde se acoja, se ame, se respete la vida desde su concepción hasta su término natural.
Quédate Señor, con nuestros niños, y con nuestros jóvenes, que son la esperanza y la riqueza de nuestro continente, protégelos de tantas insidias que atentan contra su inociencia y contra sus legítimas esperanzas.
¡Quédate con nosotros Señor!
Amén
|